viernes, 18 de junio de 2010

Pequeña



Pequeña...
Quién fuera el dueño de tu amor...
Quién tuviera la llave de tu corazón...
Quién fuera del sello de tu alma,
el conquistador,
y tomara entre las suyas tus manos,
como una perla preciosa, sagrado tesoro,
como la obra más exquisita de la creación...
Quién te cobijara bajola luna,

y con sus besos y sus palabras,
a tu oído entonara una plegaria,
y una canción...
Una que no oxidara el tiempo,

y grabase a fuego vivo en tu frente y tu razón,
un himno grande, solemne y glorioso...
Quién así pudiera, pequeñita,

cantártelo a solas a tu oído...
Oh quien pudiera escucharlo de tus labios brotando,
conteniendo tu pecho agitado,
sostener tu profunda mirada...
Quién bajo el cielo, en toda la tierra,
podrá reflejarse en el brillo de tus pupilas,
y sentirse regocijado en tu intimidad...
Quién pudiera recostar tu dormida cabeza,

acariciarla y acogerla en su pecho,
como un trocito de estrella,
ver tu sonrisa en su lecho...
Pequeña, pequeñita,

quién pudiera, quién pudiera,
vencer al guardián de tu morada,
y ser el objeto de tu alma enamorada...

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