domingo, 16 de agosto de 2009

TU RISA

Tu Risa

Quítame el pan, si quieres,
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de plata que te nace.

Mi lucha es dura y vuelvo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mi todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríete de la noche,
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete de este torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.



domingo, 2 de agosto de 2009

Sol de Anochecer


La inmortalidad es una luz sagrada
que viaja en la distancia de los tiempos
cuando las luces del universo eterno
alumbran el parto de la vida.
Por siempre interrogo las estrellas
para saber donde estás, amor lejano.

Siento tus labios recorrer mi piel,
Y escucho un angustioso: te quiero.
Hay serenidad en mi rostro
cuando el corazón le escribe a ella.
Viajo de estrella en estrella
para amarte en mis deseos
con la plenitud del universo todo.

Tus lácteos universos, cada lucero de tu cuerpo
alumbra el camino de mi felicidad,
mientras el dios creador
nos une en un cálido anochecer.

La suerte esquiva me entregó su premio.
Estamos viajando en el crucero del amor,
olvidando los pasados dolorosos.
Hoy nos adornan copihues y corales.
Los anhelos de ayer estás más cerca.
Aunque juntos viajamos por el cielo del amor,
Hoy, después del tiempo esquivo
descubro un sol en el caribe.

Amado vergel que calmas mi sed,
mi alma brinda por ti en cada anochecer,
donde las ansias por ti emergen furiosas,
sintiendo que tu me piensas y me deseas.
Amo nuestro amor maduro
que sembramos en el surco del anochecer.


Silvio Bravo